La variedad y el incremento de precios del gas licuado de petróleo (GLP) no solo viene afectando a las familias peruanas que sufren más de la cuenta para comprar un balón de gas, sino también a miles de conductores. El jueves, el litro del GLP en granel costó entre S/ 1.58 y S/ 2.17 en la capital, mientras que en Cusco se disparó hasta los S/ 2.38, en Apurímac S/ 2.49, en Cajamarca S/ 2.50 y en Puno S/ 2.70, según el portal ‘Facilito’ del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin).
Al respecto, el especialista en hidrocarburos César Gutiérrez Peña explicó que “existen costos altos porque empiezan con un precio de importación discutible y una cadena de distribución [el 50 % del costo final] que nadie define si cuesta lo adecuado”. Por ello, “se debería averiguar si la cadena de distribución está sobrevaluada o no. Todo esto hace que tengamos un mercado distorsionado de precios y no sincerado. En la medida que tengamos precios de referencia bien calculados, sabremos realmente qué está pasando en el mercado”.
ORIGEN DEL PROBLEMA
Según el experto, “tanto el precio del GLP a granel como el envasado, dos formas de presentar el mismo producto, tienen su origen en el precio internacional”. “Desde fines de junio del año pasado, el precio ha subido internacionalmente en 73.7 % y eso se refleja en el mercado local. El abastecimiento local de todo el GLP, tanto el envasado como el granel, es del 82 %, producido principalmente por Camisea, sobre todo en los lotes 88, 56 y 57, y de allí se lleva a Pisco y después, por vía marítima, al Callao”.
“Para completar el 100 %, se importa el 18 %. Tanto el productor local como el importador, establecen su precio basado en el internacional y éste es, para toda América, fijado por las producciones que existen en Texas (EE.UU.) y muy cerca del Golfo de México. Esto debido a que pertenecemos a un mercado de libertad de precios”.
Efectivamente, esta libertad está amparada por la Ley N° 26221, conocida como ley orgánica de hidrocarburos. “Pluspetrol pone su precio y lo que hace es llevar un flete al Callao, que es más barato que el flete del Golfo de México al Callao, pero el precio es marcado [definido] por el importador y allí empieza la cadena”.
CADENA COMERCIAL
“El producto importado puesto en el Callao, almacenado y despachado, es el primer precio de la cadena y esto solo representa el 50 % del precio final. El otro 50 % lo hace la cadena de distribución (…) El importador tiene su margen, ahora si tienes una envasadora, contratas una cisterna que vaya al puerto y recoja el producto. Allí tienes un costo adicional: el costo del producto más el costo de la cisterna que lo llevará hasta la planta envasadora. Allí la planta hace su trabajo y va colocando el producto en contenedores y eso hay que trasladarlo hacia varios distritos. Y todo eso tiene un costo”.
PREGUNTA CLAVE
Para el especialista, “la gran interrogante es ¿el precio del importador y el precio de la cadena comercial son justos o no?”. Respecto al precio de importación -comenta-, en el 2003 se implementó una serie de mandatos legales para que Osinergmin lo publique semanalmente y se ha ido perfeccionando en el tiempo.
“El precio que calcula Osinergmin es una simulación de importación con margen comercial incluido. Siempre los operadores han dicho que el precio que dice Osinergmin está subvaluado y que el precio real es 15 % mayor. Esa es una discusión que tiene 17 años y que no se ha resuelto”.
Pero todo se complicó en 2017, cuando la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) decidió publicar su propia lista de precios. Entonces -agrega- semanalmente hay dos precios: el que publica Osinergmin y el que publica la SNMPE, que justamente es 15 % más alto que Osinergmin, el cual es considerado por los principales agentes. Pero ambos son precios de referencia.
ACTUACIÓN DEL ESTADO
Frente a este panorama -detalla-, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) sostuvo que, en un plazo que vence a finales de abril, Osinergmin debe precisar los precios de importación ante esa divergencia con la SNMPE. Sin embargo, esa exigencia debería ser más precisa porque es clave saber cuál es la base de datos que usarán.
“El otro tema, con gran discrepancia, son los gastos de importación. ¿Qué hace la diferencia? Pues cuando hay sobrestadía, es decir cuando hay oleajes difíciles y el barco se queda más días y tiene que pagar más. Incluso, SNMPE dice que eso no es considerado por Osinergmin”.
Y la situación se agrava por el margen del importador. “¿Cómo calcula Osinergmin ese margen? Tendría que ser un mercado del mismo tamaño que el nuestro y ver con qué margen trabajan los importadores. Eso siempre estará en tela de juicio”, añadió.
POSTURA DE OPECU
El Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (Opecu) alertó que las empresas Petroperú y Repsol subieron el jueves los precios de gasoholes y gasolinas hasta en 0.5% por galón, y del diésel en 0.5% por galón, mientras los residuales y el GLP, envasado y granel, mantuvieron sus precios inmediatos anteriores.
“Petroperú y Repsol subieron los precios de gasoholes y gasolinas hasta en S/ 0.06 o 0.4% por galón, incluido impuestos, y del diésel B5 S50 en S/ 0.04 o 0.3%, mientras los residuales y el gas licuado de petróleo no tuvieron variaciones. Petroleras con sobreprecios de hasta S/ 0.38 por galón, incluidos impuestos. Abuso”, afirmó el presidente del Opecu, Héctor Plate Cánepa.
El directivo agregó: “Indignante permisividad de las autoridades competentes que no asumen sus funciones de manera idónea en debida protección de la economía de los consumidores y del país. Basta de indiferencia e indolencia. Cambien de actitud”.
ASPEC SE PRONUNCIA
El presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), Crisólogo Cáceres, consideró que “la variación de precios ha sido notoria, lo cual perjudica la economía de los consumidores que ya está bastante golpeada por la emergencia sanitaria y la crisis económica; pero para efectos de saber dónde comprar el GLP más barato, siempre es una buena opción consultar la plataforma ‘Facilito’ del Osinergmin en la sección Combustibles”.
“Con arreglo a lo dispuesto por la Ley Orgánica de Hidrocarburos, los precios del GLP son libres, no se encuentran sujetos a restricciones por parte del organismo regulador. Por tanto, las 117 plantas envasadoras de GLP a escala nacional tienen un amplio margen de maniobra del que muchas veces se aprovechan”, resaltó.
“En este escenario supongo que el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ya tomó cartas en el asunto y está investigando si existe alguna conducta por parte de dichos proveedores que deba ser sancionada. En cuanto al rol del Osinergmin frente a esta situación, cabe señalar que dicha entidad sólo ve temas de seguridad y no de concertación de precios. Eso es tarea del Indecopi”, finalizó.
OLEAJE, OTRO PROBLEMA
Un fuerte oleaje registrado los días 22, 23 y 24 de enero en el Callao provocó que los buques encargados del transporte del gas licuado de petróleo (GLP) no pudieran descargar en el puerto chalaco, una situación que fue difícil de superar debido a la limitada reserva de los operadores, causando un desabastecimiento en varias gasolineras de la capital a lo largo de la semana pasada. Así lo explicó César Gutiérrez Peña.
“Ante una baja capacidad de almacenamiento y una importación que no puede descargar porque hay problemas de oleaje, se produce un desabastecimiento. El promedio de almacenamiento es para 9 días”, indicó.
Sin embargo, el especialista reveló que el promedio, según las normas, debe ser de 15 días. “La obligación es de 15 días mínimo de ‘stock’, pero se le ha dado una especie de tregua a los operadores con la finalidad de invertir [para ampliar su capacidad de reserva] y no ser sancionados. Están en trámite, pero mientras no se complete la capacidad de almacenamiento de 15 días, vamos a estar en problemas. Incluso, hay momentos -como dijo Osinergmin- que el almacenamiento dura para un día”, concluyó.
¿POR QUÉ NO REGULARLO?
El problema es que la autoridad de turno -dice Gutiérrez- define el precio de acuerdo a la gente y cuando se subsidian precios hay un momento en que ya no se puede controlar. Incluso, hay una tendencia a mantenerlo barato por presión política y cuando eso ocurre no hay retorno.
FISCALIZACIÓN
“No todas las estaciones de servicios -existen cerca de mil gasocentros en el país- están en Miraflores, San Isidro o San Borja. Y como muchas de ellas no tienen ‘marca’, sacrifican un poco de su margen. Pero la duda es: ¿Te están poniendo lo que te dicen? Y allí Osinergmin debe fiscalizar, pero hay alrededor de 10 mil puestos de venta de gas. La pregunta es: ¿se puede fiscalizar a todos eficientemente y con continuidad? Por eso siempre está la duda”, mencionó Gutiérrez Peña.
NO HAY RESPUESTA
Esta casa editora solicitó una lectura sobre la situación del GLP a Osinergmin. Sin embargo, hasta el cierre de la presente edición, no hubo una respuesta formal de su parte.
Fuente: Expreso