La emergencia sanitaria generada por el coronavirus (Covid-19) ha provocado que los medicamentos genéricos como la prednisona, azitromicina, claritromicina, hidroxicloroquina, paracetamol y otros utilizados para el tratamiento de dicha enfermedad, cuesten hasta diez veces su valor real, atentando no solo contra el bolsillo de los pacientes sino contra la vida de las víctimas del virus.
De acuerdo a lo señalado por el propio Colegio Químico Farmacéutico, las denuncias de las redes sociales y el recorrido hecho por este medio a diversas farmacias, un blíster del antiinflamatorio prednisona llega a costar hasta S/35.00 cuando el precio indicado por el Ministerio de Salud es S/ 2.00, es decir, 14 veces más su costo real.
El precio unitario de la azitromicina, antibiótico usado para el tratamiento del Covid-19, debería ser de S/ 1.20 pero se vende a S/ 10, casi diez veces su valor y actualmente las farmacias informan que ya no lo tienen en stock. No se sabe si es verdad, están guardando este medicamento o lo están vendiendo a otros países como se hizo con las mascarillas al principio de la pandemia.
Otro caso es el de la claritromicina, antibiótico para tratar la neumonía. Existen denuncias de familiares de enfermos de Covid -19, quienes señalan que han pagado hasta S/10.35 por cada una, cuando su precio regular es de S/ 0.50.
Igualmente, sucede con la hidroxicloroquina que subió de S/ 3 a S/ 20 la unidad, en tanto la enoxaparina cuesta 5 a 6 veces más.
Pero el caso más escandaloso de sobreprecio es el del paracetamol, un medicamento utilizado hasta por las personas más vulnerables, el cual llega a costar S/ 10 cuando su precio no debería exceder de S/ 1.00.
ATENTADO CONTRA LA SALUD
Para el presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) Crisólogo Cáceres, esta situación viola la ley y constituye un atentado frontal contra la salud e incluso la vida de los consumidores. Recordó que el Decreto de Urgencia N° 007-2019 declaró a los medicamentos, productos biológicos y dispositivos médicos como parte esencial del derecho a la salud y se establecieron medidas para garantizar su disponibilidad, como la obligación de las boticas y farmacias privadas de contar con un stock de medicamentos esenciales.
“Son 31 medicamentos genéricos pero 44 presentaciones en total. Entre ellos se cuentan, en primer lugar, la azitromicina, amoxicilina, captopril, loratadina, metformina, omeprazol, paracetamol, prednisona, sertralina, etc.”, dijo Cáceres.
Según Aspec, la mencionada norma busca garantizar la accesibilidad a los medicamentos por parte de la población.
La accesibilidad implica dos condiciones: que el medicamento esté siempre disponible en el establecimiento y que el precio del mismo esté al alcance de las posibilidades económicas del consumidor.
“Ninguno de esos escenarios se cumple en la actualidad, tal como era previsible teniendo en cuenta la situación monopólica que vive el sector de venta de medicamentos desde el 2018”, apuntó.
Por ello, dijo, corresponde al Gobierno, y en particular al Ministerio de Salud, investigar y determinar las causas de la súbita y simultánea escasez de azitromicina genérica en todo el país e iniciar los procedimientos sancionadores que correspondan si se encuentran indicios de algún comportamiento violatorio de la ley.
Asimismo, autorizar la compra masiva de este fármaco con carácter de urgencia y utilizar los canales de distribución públicos y privados que sean necesarios a fin de que los referidos medicamentos lleguen de manera gratuita o al menor precio posible, a los consumidores que los necesitan.
SE COMEN LA TORTA SOLOS
Para el decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, Javier Llamoza, algunos distribuidores o fabricantes han elevado exageradamente el precio de los medicamentos para tratar el Covid-19 y lo que le queda a las farmacias es cobrar un precio elevado.
“Alguien en la cadena de suministros se está llevando gran parte de la torta. Ahora el fabricante está obligado a reportar los precios a Digemid, el distribuidor y las farmacias también están obligados a ello. Lamentablemente por la normativa actual los precios que venden los fabricantes y el distribuidor a las farmacias, no son públicos. Solamente se puede transparentar el precio al que venden las boticas y farmacias”, aseguró.
Llamoza refirió que el Minsa sí puede acceder a la información y con ello detectar quién se está “llevando buena parte de la torta”, y poner las sanciones que correspondan. “Más allá de eso se abre la discusión y necesidad de regular el precio”, sostuvo.
Al igual que el representante de Aspec, Llamoza dijo que el alza de medicamentos en medio de la pandemia es reprochable.
“Eso es atentar contra la salud cobrando excesivos precios, no necesariamente las farmacias o boticas, alguien en la cadena de suministros está especulando y esta usufructuando con la necesidad del pueblo”, dijo.
Agregó que la falta de una adecuada regulación de precios permite estos hechos irregulares.
Fuente: Expreso